DOMINGO DE RAMOS

Desde temprano el alba anuncia una luminosa mañana. En el interior del templo Mayor de Santa María cada rincón se llena de la inquieta luz del nuevo día que presurosa busca al Redentor que  a lomos de una Borriquita aguarda el momento de que la puerta de S. Pedro se abra y en ese momento Andújar se convierta en Jerusalén.

La jornada comienza a las 9’30 en que tiene lugar  la Santa Misa y la bendición de palmas con gran asistencia de fieles. Concluida la Misa el templo poco a poco se va llenando de pequeños niños hebreos que son conducidos de la mano de sus padres a los pies de Ntro. Señor de la Paz.

En la calle suenan ya los sones de la Banda de Monte Calvario dispuesta y preparada para acompañar el procesionar de la Borriquita.

Pero si agitado y bullicioso es el ambiente que se vive alrededor del paso, a pocos metros de allí los costaleros se hacen la ropa y preparan con mimo los costales sobre los que Cristo andará amorosamente. Se calzan una vez más esas zapatillas que tanto tienen andado por las calles de la vieja Andújar y se ceñirán la negra faja para mejor soportar el peso de ese paso que es  trono, retablo  y altar.

Lleva Ntro. Señor de la Paz la mano extendida bendiciendo al pueblo, la borriquita con jáquima nueva,  lo lleva con su sereno andar, los niños hebreos abren el misterio y tras de Jesús está Pedro que ya lleva unos años con nosotros y  a su derecha acaba de llegar Santiago que con gesto asombrado señala con su dedo al Mesías.

A las 11’15 se abren las puertas del templo y la Cruz de Guía se planta, como en tantos años lleva haciéndolo, en el solar andujareño ante una muchedumbre que ansiosa anhela ver la cara de Ntro. Señor de la Paz. 

Tres golpes secos resuenan, se tensan los músculos de los costaleros y a la orden del “a esta es” la Borriquita da un pingo y se pone en marcha ante los rendidos corazones que extasiados lo contemplan.

Y Andújar, que ya es Jerusalén, ve a Cristo por la Plaza de Santa María, por Calle del Carmen, bajo el Arco del “Mercao”. Hará un soberbio paso por Tribuna, transitará por una recatada calle Maestras, llegará al asilo de S. Juan de Dios donde hará un jubiloso saludo a nuestros mayores, y firmemente, con sobriedad y amorosamente La Borriquita enfilará de nuevo la Calle del Carmen para acomodarse una vez más en un rincón de la Capilla de nuestra Hermandad donde esperará otro año a otra luminosa mañana donde de nuevo recorra las calles de Andújar.